El año pasado escribí un post ejemplificando como la construcción de reputación permitía a Roger Waters llenar nueve River para presentar The Wall. Hoy vamos a ver un ejemplo de lo opuesto: como no tener reputación obliga al gobierno a subir el precio del gas en boca de pozo para dar señales para invertir.

Ayer se anunció la suba del precio del gas en boca de pozo de un 300%:

La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, anunció este jueves un aumento del 300% en el precio del gas en boca de pozo, de 15 a 60 centavos de peso el metro cúbico. Asimismo explicó que este movimiento reportará una rentabilidad de $900 millones para las empresas (YPF tiene el 51% del mercado) y unos $119 millones para las provincias productoras. "Este aumento fue a cambio de negociar planes de inversión para producir más gas", dijo.

Así lo anunció durante la inauguración de una planta de YPF en la localidad de Ensenada. La Jefa de Estado también afirmó que los gobernadores que integran la Organización Federal de los Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI) firmaron un "pacto federal hidrocarburífero" para allanar el camino a la titularización del 25% de la empresa en manos de sus jurisdicciones.

Tal como adelantó LA NACION en su edición de hoy, la medida tiene como objetivo mejorar la producción de gas y atraer inversiones al sector. Según el Viceministro de economía, Axel Kicillof, esta medida también beneficiará a las estaciones de servicio porque tendrían mejor abastecimiento.

Cuando el gobierno decidió la expropiación de YPF sus "cabezas pensantes" imaginaban que poniendo la joya del yacimiento Vaca Muerta sobre la mesa los inversores se iban a pelear por asociarse a ellos para explotarlo. La realidad mostró que nada pudo hacer Miguel Galuccio para convencer a estos potenciales inversores que el precio del gas a extraer iba a ser competitivo. Los inversores le hacían notar que nada impedía al gobierno renegar de su promesa en el futuro y pagarles a ellos el mismo precio deprimido que regía para yacimientos maduros. Ni siquiera los chinos, que pueden amenazar a Cristina con trabas comerciales (como hicieron hace dos años cuando Argentina intentó frenar ciertas impotaciones chinas), se animan a entrar en el negocio.

Es por eso que el país se vió obligado a dar una señal fuerte para convencer a los inversores que no les haría en el futuro lo que le hizo este año a Repsol. Y como toda señal informativa, debe ser costosa. La señal es aumentar fuertemente el precio de todo el gas. De esta manera los potenciales inversores están más tranquilos pues el costo político (y económico) de llevar el precio del gas a un nivel que haga rentable la exploración y explotación de los yacimientos no convencionales ya está hundido.

¿Qué hubiera podido hacer un gobierno con reputación? Hubiera podido mantener el precio del gas (y petróleo) maduros a niveles bajos y prometer precios más altos para los combustibles provenientes de nuevas exploraciones. Como Cristina no es Roger Waters, el costo de la falta de reputación lo pagaremos todos.

Ah, y respecto al comentario de Kicillof citado arriba, podríamos decir que aumentar el boleto de subte beneficiaría a los usuarios porque "tendrían mejor abastecimiento". Axel, eso se llama equilibrio de mercado con restricciones de oferta, por ajuste de la demanda. Muchas malas palabras para tu jefa.