En una edición reciente de The Economist hay una nota sobre las lecciones que la depresión japonesa tiene para la crisis global.

Falling asset prices meant that many banks and firms had debts that outweighed their assets. The Japanese experience showed that the next job was to deal with these broken balance-sheets. There are three main options: renegotiate debt, raise equity or go bankrupt.

In the efforts to reinvigorate balance-sheets, debt investors have reigned supreme. Debts have been honoured. Indeed, a recent report from Deutsche Bank shows that even investors in risky high-yield debt have had five great years. Bank bonds in America have returned 31%; in Europe, 25%.

As asset values fell, debt maintained its fixed value. This meant that equity, the balance-sheet shock-absorber, had to fall in value. So although debt caused the problem, equity took the pain. A Dow Jones index of bank equity is down by more than 60% since 2007, according to Deutsche Bank. Some banks' share prices are down by more than 95%.

¿Por qué razón los acreedores no aceptaron renegociar la deuda a un nivel que hiciera más solvente al banco (y más probable cobrar la deuda)? Por dos motivos. En primer lugar la crisis bancaria fue un pánico generalizado que llevó a los gobiernos y bancos centrales a tomar una serie de medidas para apuntalar a los bancos. Los acreedores interpretaron estas intervenciones como un salvataje generalizado, eximiéndolos de hacer un esfuerzo propio. Notemos como con el caso de la crisis griega la ayuda de la Unión Europea implico una contraprestación de los acreedores privados. Probablemente la diferencia está en que esta segunda crisis de desarrolla en cámara lenta, y las decisiones no se toman tan apresuradamente que en 2008.

La segunda razón para no ver renegociacion de las deudas de los bancos está dada por la naturaleza opaca del negocio de intermediación financiera. Un banco en funcionamiento tiene información privilegiada sobre la calidad de sus clientes que no tiene el mismo valor para terceros (pues el banco no puede "vender" esta información de a trozos). Los acreedores saben esto, i.e. que básicamente para un banquero quebrar para luego abrir un nuevo banco tiene un alto costo. Dado este alto costo un banco está dispuesto a hacer grandes sacrificios para poder honrar sus obligaciones y evitar al quiebra. Por supuesto que estos "sacrificios" implican la reducción de la escala de funcionamiento, en particular achicar los créditos otorgados con efectos negativos sobre el nivel de actividad.

Recordando este gráfico de The Economist:

Se puede ver que los bancos norteamericanos hicieron el "ajuste" y que ya están en condiciones de trabajar normalmente. Por el contrario los bancos europeos están en el medio de este ajuste que comprime sus beneficios y afecta su capacidad prestable. A menos que se tomen medidas excepcionales para aliviar la carga de deuda de los bancos europeos (lo cual es difícil dado que gran parte de esa deuda está en manos de otros bancos), la incipiente recesión en el viejo continente no será un fenómeno pasajero.