miércoles, 5 de septiembre de 2012

EL ESPACIO DE HERNAN HAINES

EL ESPACIO DE HERNAN HAINES


Mientras aquí los trenes descarrilan a diario, el mundo sigue su marcha

Posted: 05 Sep 2012 07:00 AM PDT


Cada vez que un automovilista cruza algún puente o túnel que conecta la isla de Manhattan (Nueva York) con sus alrededores debe pagar un peaje de varios dólares –depende del tipo de rodado, de licencia y de dónde vive el conductor, entre otros-. Por caso, en la isla es posible ver muchos menos autos que hace 10 años, tan lejos llegaron que la tan transitada Broadway es peatonal en los puntos neurálgicos!

Para movilizarse entre el centro de la ciudad y el aeropuerto O'Hare, los ciudadanos de Chicago cuentan con un tren-subte que cubre el trayecto de manera veloz y económica.

En Londres y en Vancouver, entre tantas otras, ocurre algo similar.

En Atlanta, Georgia, el Marta (Metropolitan Atlanta Rapid Transit Authority) es un tren subterráneo y elevado que conecta el aeropuerto con la metrópoli y sus alrededores. Tanto allí como en Chicago, cuando las formaciones circulan a cielo abierto el pasajero goza de una espléndida vista del paisaje.

Volviendo a Nueva York, el aeropuerto Kennedy –y el Newark, en New Jersey- poseen un tren aéreo, que carece de conductor y que une las aeroestaciones con el ferrocarril y con el subway

La lista de ejemplos es, aún, más extensa.

En Toronto, Vancouver, Nueva York, Miami, San Francisco, Ottawa y Honolulu, entre otras, se puede usar el mismo boleto de ómnibus para combinar entre distintas líneas -o incluso con el subterráneo-. Lo que sus habitantes saben y respetan es que no se viaja sin pasaje.

Como el boleto tiene una duración máxima de tiempo, si ésta se vence en el trayecto de ida, el pasajero puede solicitar una extensión al chofer.

En Vancouver, por caso, como las boleterías son terminales automáticas y no siempre hay molinetes, simplemente hay carteles que indican que viajar sin pasajes es una ofensa.

Mientras tanto, en la ciudad de Buenos Aires, los trenes descarrilan a diario, los subtes no funcionan por semanas, la gente se muere o salva la vida de milagro, entre Ezeiza y el centro no hay ningún sistema como el descripto. Te bajás del avión y podés escuchar a algún taxista gritándole "culo roto" a un turista que no está dispuesto a subir a su auto.

En fin. Qué lejos que estamos.

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