El Espacio de Hernán Haines |
| Posted: 05 Jan 2012 06:30 AM PST Entiendo que a la presidente Cristina Kirchner se le haya detectado un tumor maligno que derivó en la extirpación de su glándula tiroides. Lo que no termino de comprender es por qué ha sido atendida como si se tratara de una persona superior al resto de los habitantes de la República Argentina. Como si fuera suprema, única, imprescindible, majestuosa, distinta de los demás. Recordarás que su difunto esposo había solicitado que se acondicione una sala del Hospital Argerich para asistir en caso de precisar atención médica, aunque terminó recurriendo a una lujosa clínica del barrio de Palermo cuando debió ser internado. Su sucesora, que semanalmente viaja desde Aeroparque hasta Santa Cruz como quien se sube al ferrocarril Mitre para ir de Olivos a Retiro, optó por un nosocomio aún más oneroso. Salvo sus cotidianos seguidores y aplaudidores, cuyas fuentes de trabajo dependen de las decisiones de la Sra. de Kirchner, la determinación gubernamental fue duramente criticada por gran parte de la sociedad. Basta de repetir que el 54 % de los argentinos está de acuerdo con todo lo que hace y dice la primera mandataria. Cae de maduro que una porción importante de esa población responde a otros intereses (planes, subsidios, punteros, favores, amenazas, obligaciones, entre otros). ¡Cuántos de esos millones reciben la misma atención médica! ¡Ninguno! ¡Cuántos deben juntar tapitas plásticas o solicitar donaciones! ¡Miles, millones, todos! Un presidente es un paciente más, titula hoy el diario La Nación, según las propias palabras de profesionales que operaron a otros jefes del Estado. Desde que se conoció la noticia, el país se paralizó y todo giró en torno de ella. Intendentes, gobernadores y más funcionarios hicieron un alto en sus respectivas agendas. Pero no pierdas de vista que nada ni nadie es eterno. El año próximo hay elecciones legislativas y en 2015, presidenciales. Aunque la mayoría oficialista logre reformar la Constitución Nacional –como sueña la diputada Diana Conti-, la señora de Kirchner no debería ser candidata. Al menos, por cuestiones de salud. Por eso es importante participar. Si queremos cambiar y ser un país de vanguardia, hace falta otro espacio político. Esta oposición no va más. Entre celos, peleas infantiles y desacuerdos constantes, alianzas y rupturas, demostró que no está a la altura de la Argentina del siglo XXI. Sueño con ser protagonista de ese nuevo espacio.  |
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